Primero llegó el bebé, y luego... la pasión.
Cuando Tara descubrió que la clínica de fertilidad que tenía sus óvulos guardados había cometido un error y los habían usado sin querer, empezó a buscar desesperadamente al bebé. Su búsqueda la llevó hasta una fiesta, pero lo último que esperaba Tara era acostarse con un desconocido en el evento y que aquel desconocido resultara ser Dionysios Dimitriou, el padre de su hijo.
Dion se había encaprichado de ella, pero desconfió cuando Tara afirmó que era la madre de Niko, su hijo. Él solo quería un heredero, no una familia; pero al ver el amor que había entre Tara y el niño, sus defensas se empezaron a hundir.