Nara es la historia de una adolescente que, al despertar de un sueño, descubre que el tiempo puede romperse. Sin quererlo, viaja cuarenta años atrás y altera un hecho que cambia por completo su presente. Desde ese momento, su vida queda suspendida entre dos realidades: una que reconoce como propia, y otra que ya no sabe si es recuerdo, sueño o destino.
En su recorrido, se encuentra con mujeres de su linaje que le revelan secretos olvidados, con animales que hablan, y con una inteligencia artificial capaz de mostrarle futuros posibles. Pero lo que más la desconcierta es su propio cuerpo: en situaciones de extrema tensión, de su espalda brotan alas de mariposa. No son un don mágico ni un poder salvador, sino el signo visible de una identidad que no cabe en una sola forma ni en una sola narración.
Porque Nara no es la historia de una joven que quiere encontrarse a sí misma, sino la de alguien que aprende a vivir sin poder definirse completamente. Su yo cambia, se rompe, se reformula. A veces es niña, a veces mujer. A veces víctima, a veces fuerza desconocida. En Nara, el tiempo y la memoria se pliegan, y la verdad, como ella misma, se dibuja con fragmentos.
Una novela acerca de lo que implica madurar cuando la identidad no se construye con certezas, sino con dudas, con pérdidas y con todo aquello que no puede esperar.
