Fernando González estaba convencido de que el drama de vivir es suficiente material para la reflexión filosófica. Para él, la filosofía fue sobre todo caminar, conversar, emocionarse, confesar, atisbar, renunciar, vivir a la enemiga e intimar. Partió del fundamento de la vida para penetrar en ella buscando la expresión más auténtica.
Una filosofía vivencial: Fernando González explica cómo se desplegó ese particular pensamiento del escritor en interacción con su proceso biográfico, mostrando con ejemplos de varios de sus textos esenciales el método que estableció. Las presentes páginas reconocen que las elaboraciones de González responden a una pretensión sapiencial antes que teórica, y muestran que este es un camino posible para quien se pregunta por su propio drama vital.