Dios nos ha escogido para que nosotros seamos el tabernáculo de su Espíritu. Somos de incalculable valor, no por lo que somos, sino por lo que a Dios le ha placido darnos, su Espíritu. Y por el precio que ha pagado para ello, la vida de su Hijo Jesucristo. Este es Un modelo tomado del Tabernáculo levantado en el desierto por el pueblo hebreo, para que por medio de él, tengamos también nosotros, el diseño para edificarnos como templo y morada del Espíritu Santo. El diseño de Dios para edificarnos como templo y morada del Espíritu Santo.