Que el pueblo vote a sus gobernantes ha sido un gran avance de nuestra civiización, pero ha sido el talón de aquiles de la misma determinar un mecanismo eficaz para que el pueblo no sea víctima de las mismas personas a las que eligió.¿Cómo evitar que en vez de estar bajo el pie de un déspota hereditario se esté bajo uno electivo? La República, la división de Poderes, han sido la organización elegida para evitar que los gobernantes sometan a los gobernados, pero el papel del árbitro para tal fin le fue conferido al Poder Judicial que determina cuándo un poder ha vulnerado los límites y garantías que la Constitución establece.¿Cómo elegir a ese árbitro, cómo dotarlo de poder suficiente para refrenar a los otros poderes? . He aquí un estudio sobre el orígen del sistema de designación de los jueces, principalmente en EEUU y en Argentina, y una propuesta para que a los jueces del máximo tribunal de justicia los elija el pueblo, como ocurre con las cabezas de los poderes Ejecuivo y Legislativo, y así generar un verdadero contrapoder, con la fuerza que les da el mandato del pueblo y no la designación o permanencia por obra de los poderes a ser controlados.