En un reino muy especial las cosas no eran lo que parecían. La bruja, aunque flaca y fea, era muy dulce y buena. La princesa, hermosa, como todas, era en cambio necia, inculta y perezosa. La reina, muy preocupada, busca un consejo en la bruja y, poco a poco, al descubrir lo que en verdad la hace feliz, la princesa se transforma como por arte de magia.