Los cultivos alimentarios han sido la dieta básica de la mayoría de los seres humanos y los animales desde la noche de los tiempos. La autosuficiencia de las poblaciones depende en parte de la producción de estos cultivos alimentarios. Esta producción está mal orientada, con consecuencias socioeconómicas, ecológicas y medioambientales. Nuestra época está experimentando los problemas sanitarios más mortíferos en diversas formas debido a esta mala orientación de las políticas agrícolas. Nadie es inmune a este problema, ni siquiera los llamados "ricos". Los cítricos y las legumbres también se ven afectados por este fenómeno. El consumo directo de estos cultivos alimentarios o a través de productos agroalimentarios no está exento de consecuencias para la vida en la tierra y en el agua. Si queremos salvar nuestro planeta, tenemos que cambiar nuestras técnicas y estrategias de producción de alimentos. La producción de alimentos sin utilizar productos químicos es necesaria para la salud de nuestro tiempo, por un lado, y para la salvación ecológica y medioambiental de la humanidad, por otro.