¿Entre las historias imaginativas de nuestra infancia, quién no recuerda el encanto que tenían para nosotros Aladino y su maravillosa lámpara? ¡Cuán maravillosas eran las cosas que sucedían cada vez que él la frotaba! Cuántas veces, en nuestra imaginación infantil, hemos deseado tener una lámpara maravillosa que nos proporcionara todo lo que nuestro corazón deseaba. Sin embargo, esta fantasía de la infancia es padre de un hecho científico maravilloso que puede demostrarse mentalmente y utilizarse universalmente para satisfacer todos los deseos del corazón humano. Cada uno de nosotros es una lámpara mental que manifiesta una forma de poder más maravillosa que la luz que brillaba en la lámpara de Aladino. ¿Qué es esta forma de poder de la que hablamos? A falta de algo más completo, lo llamamos el poder de visualización de la mente. Pero es más que eso. Su acción implica toda una serie de manifestaciones. Observamos que se forja, se diferencia, se especializa, se quimiza y se proyecta en nosotros y a través de nosotros, de modo que, por medio de ella, los deseos de nuestro corazón se convierten en imágenes de pensamiento, y luego, mediante un proceso ulterior de diferenciación y especialización, se proyectan y materializan hasta convertirse en los objetos visibles de nuestro mundo exterior. ¿Qué sabemos sobre la naturaleza de esta forma de poder mental? Muy poco. Apenas está al alcance de nuestra comprensión. Pero hemos tenido conocimiento de su funcionamiento y resultados, al igual que de la electricidad, la radioactividad y otras formas de energía. ¿De qué manera funciona? La mejor manera de responder a esta pregunta es observando su funcionamiento consciente, interconsciente y objetivamente inconsciente en nosotros y a través de nosotros. En nuestras vidas hemos notado muy definitivamente que ciertas cosas que hemos deseado fuertemente y mantenido como imágenes de pensamiento en nuestra conciencia, después de un tiempo se han "hecho realidad". Desde el lado aparentemente invisible de las cosas han hecho su aparición en el lado exterior visible de las cosas. Esto no es un milagro. No es un fenómeno raro. Ni siquiera es inusual. Es simplemente el funcionamiento normal e inconsciente de esta forma de poder.