Trasladarse imaginariamente a un lugar desconocido y descubrir su magia. Eso, para mí, es encontrar los brazos abiertos de alguien que hizo, de un pueblo, un lugar especial para vivir. Es decir que descubrió, con su sensibilidad, una forma de transmitir amor.
Me enorgullece poder escribir de alguien que, con su ejemplo, ha sabido transmitir valores desde donde le tocó actuar.
Es un padre, un marido? un intendente, un ser humano, que nos hace ver que siempre, con valores altos y honestidad, se pueden lograr los sueños. Nos hace ver que desde el poder se ocupa, se da ejemplo, se demuestra y se utiliza para lograr los deseos postergados de la gente, con respeto y educación.
Con un lápiz pequeño y un papel anota cada cosa por hacer; una mano la provoca a la otra y la obra se realiza. El premio es el trino de los niños felices jugando, los vecinos sin palabras para describirlo. Y él solo sonríe, porque no lo hizo por la adulación ni por la placa de reconocimiento, sino por un sentimiento propio de mejorar la calidad de vida de su pueblo.
Esta obra habla de una persona con sueños realizados, con una mirada hacia un futuro. Y sobre todo con convicción de que se puede hacer desde la verdad. Él cambia el concepto de político corrupto por el de alguien que sirve a su pueblo, y después volver a su casa con la frente bien alta a seguir su vida como si nada. Fueron 20 años de servicio, por voluntad y deseo de la gente, sin corrupción y con una sola bandera: el ejemplo.
Agradezco a la familia y al pueblo de Las Tordillas por darme la oportunidad de conocer a Nelio Ángel Signorile. Gracias a él pude volver a creer en la honestidad, entender que su ejemplo puede servir para muchos, y saber que todo es posible si se hace con amor.
Jorge E. Ledesma (autor)