Los judíos son probablemente el pueblo que más ha sufrido en toda la historia de la Humanidad. Durante 19 siglos han sido odiados, perseguidos, expulsados, torturados y masacrados como ninguna otra nación. El motivo: la acusación lanzada por los cristianos de que ellos habían asesinado a Jesucristo. En respuesta a semejante estupidez y sin ir dialécticamente más lejos, cabe entender que la Iglesia Católica, hasta hace pocos años, hubiera llevado también a la hoguera a Jesús de Nazaret, a los 12 apóstoles y a centenares de mártires del primitivo cristianismo; sencillamente porque todos ellos eran igualmente judíos. Un grupo de viajeros visita ese rincón del mundo, donde a duras penas dejan sobrevivir a los hebreos, al tiempo que se pregunta la verdadera razón de tanto odio por parte de musulmanes, pseudoizquierdistas y falsos progresistas hacia un pueblo que nunca hizo un daño particularmente significativo a nadie.