Las prácticas y los procesos que existen en las escuelas, las comunidades y los hogares, en general, ignoran las necesidades de desarrollo de la mujer. De hecho, sus necesidades son tratadas de forma diferente según las normas normativas de la sociedad a través de los institutos de educación, el medio ambiente, la organización y la interacción. Además, las esferas de desarrollo de la mujer consisten en prácticas negativas que crean y refuerzan la desigualdad entre los géneros y la subordinación de éstos. Las comunidades perturbadas, la cohesión familiar debilitada y la falta de capital social y cultural debido a la guerra han dificultado aún más su situación de vida. En esas circunstancias, sus vulnerabilidades fueron explotadas y sus capacidades ignoradas no sólo por las escuelas y la sociedad, sino también en el marco de las políticas educativas existentes. En el presente estudio se sostiene que la persistencia de la injusticia de género en la educación, así como en el mercado laboral, tendrá graves consecuencias para los países en transición como Liberia, no sólo en lo que respecta a la consecución de los objetivos de desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, que apuntan a la potenciación de la mujer, sino también a la lucha contra los crecientes niveles de violencia de género y la feminización de la pobreza.