Santiago Kant se rehúsa a creer en el destino. Para él, los constantes fracasos en su búsqueda permanente por el éxito, el amor y el significado de su existencia, responden a una mera cuestión de mala suerte, de oportunidades fallidas. Todo cambia el día en que el matemático italiano Lazzaro Prati aparece en su vida, mostrándole no solo que esa fuerza que guía los movimientos y las historias de todos los seres humanos llamada destino, en verdad existe, sino que de la misma manera que un continente puede ser atravesado por una falla geológica, el plan del destino tiene una falla que puede modificar su estructura completa. Se trata de una imperfección que existe en una presencia física, en una persona que se encuentra al margen del destino... el mismo Santiago Kant.
Santiago no es la primera grieta en el plan del destino. A lo largo de los siglos han habido otros como él, y su particularidad ha sido utilizada de la misma manera por hombres de ciencia como Lazzaro, en un afán por ayudar a la humanidad a hacer más llevadero su camino, a hacerlo más tolerable, menos violento, y encauzándolo gracias al peso de sus voluntades. Las intenciones de Lazzaro Prati, sin embargo, no son completamente inocentes, y la resistencia que Santiago opondrá - llevándolo a atravesar fronteras y husos horarios - se convertirá en una carrera en la que el ganador determinará si la humanidad tiene una oportunidad de redención, o si una catástrofe la espera en algún lugar del futuro cercano.
Las decisiones de Santiago Kant harán toda la diferencia. Mientras esto ocurre él se encontrará, como ha sido hasta el día de hoy... al margen del destino.